miércoles, 8 de septiembre de 2010

• Principios rectores para cualquier ley psicoanalítica

En el Congreso de WAP en Comandatuba en 2004, el delegado General presentó una "declaración de principios" a la Asamblea General. Esta declaración posteriormente ha sido estudiada cuidadosamente en las diferentes escuelas. Los consejos han comunicado los resultados de sus estudios, observaciones y comentarios. Posterior a este trabajo ahora presentamos, a la Asamblea, este "rectores principios para cualquier acto psicoanalítico" que le pedimos que adoptar.

Primer principio
Psicoanálisis es una práctica de intervención. Se trata de dos socios, el analista y el analizando, reunido en una sola sesión psicoanalítica. El analizando habla acerca de lo que le lleva allí, su sufrimiento, su síntoma. Este síntoma se engancha en la materialidad del inconsciente, hecha de cosas que se han dicho al tema, que han perjudicado le, y las cosas que son imposibles de decir y le causan sufrimiento. Un analista se marcan las palabras del analizando y permitirle tejer el hilo conductor de su inconsciente. Las competencias de la lengua y los efectos de verdad que le permite, lo que es llamado interpretación, es el poder real del inconsciente. La interpretación es aparente en ambos lados, analizando y analista. Lo hacen no ambos tienen la misma relación con el inconsciente, sin embargo, puesto que uno ha llevado ya a esta experiencia a través de hasta el final mientras que el otro no lo ha hecho.

Segundo principio
Una sesión psicoanalítica es el lugar en el que las identificaciones más estables, por el cual se adjunta un sujeto pueden venir deshacer. Un psicoanalista autorizará este distanciamiento de las costumbres, las normas, y las reglas para que analizandos limita ellos mismos fuera de los períodos de sesiones. Autorizará un cuestionamiento radical de los fundamentos de la identidad de cada uno. Es capaz de moderar la naturaleza radical de este cuestionamiento teniendo en cuenta la especificidad clínica de cada tema que aborda a sí mismo a él. Él nada más tiene en cuenta. Esto es lo que define la especificidad de lugar de un psicoanalista cuando él defiende este cuestionamiento, apertura y enigma en cualquier tema que le haya solicitado. Él, por tanto, no se identifica con alguno de los roles que su interlocutor quiere hacerle tomar sobre, ni con cualquier lugar de maestría o ideal que ya existe en la civilización. En un sentido, un analista es uno que no puede asignarse a cualquier otro lugar que el lugar donde el deseo es de que se trate.

Tercer principio
Un analizando ocupará de un analista. Se atribuyen sentimientos, creencias y expectativas como una reacción a lo que dice, y quiere actuar sobre las creencias y las expectativas que anticipa. El desciframiento de significado en los intercambios entre el analista y el analizando no es lo único en juego. También hay intención del orador. Es una cuestión de recuperaba algo perdido desde el interlocutor. Esta recuperación de un objeto es la clave para el mito freudiano de la unidad. Funda la transferencia que une a los dos socios. Fórmula de Lacan que el sujeto recibe su propio mensaje de otro en forma invertida incluye el desciframiento y el deseo de actuar sobre quien es que uno está abordando. En última instancia, cuando se habla de un analizando él desea, más allá del significado de lo que él dice, para alcanzar al socio de sus expectativas, creencias y deseos en el otro. Él tiene como objetivo el socio de su fantasía. Un psicoanalista, ilustrado por la experiencia analítica sobre la naturaleza de su propia fantasía, toma esto en cuenta. Él frena de actuar en nombre de esta fantasía.

Cuarto principio
El enlace de transferencia presupone un locus, el "locus del otro," como Lacan pone, que no es gobernada por cualquier otro en particular. Es el locus en el que el inconsciente es capaz de aparecer con el mayor grado de libertad para hablar y, por tanto, a la experiencia de sus señuelos y dificultades. También es el lugar en que las cifras de un socio de fantasía pueden ser establecidas en la más complicada de sus juegos de espejo. Por eso, no permiten una sesión psicoanalítica de cualquier tercera persona, con su mirada externa para el proceso real que está en marcha. Una tercera persona se reducirá a este locus del otro.
Este principio, por tanto, excluye la intervención de ningún tercero autoritario que buscan asignar un lugar de ambos a todo el mundo y un objetivo preestablecido para tratamiento psicoanalítico. La autoridad de la evaluación tercero, que encaja en la serie de terceras partes, se afirma desde fuera de lo que está en juego entre un analizando, un analista y el inconsciente.

Quinto principio
No hay ningún tratamiento estándar, ningún procedimiento general por la que se rige el tratamiento psicoanalítico. Freud utiliza la metáfora de ajedrez para indicar que hubo sólo las reglas y típico se mueve al principio y al final de un juego. Para estar seguros, desde Freud han crecido los algoritmos que han hecho posible formalizar el ajedrez en el poder. Cuando esté conectado a la potencia de cálculo de un equipo hacen posible para una máquina vencer a un jugador humano. Esto no cambia el hecho de que, contrariamente al ajedrez, psicoanálisis no pueden presentarse en forma de un algoritmo. Podemos ver esto en Freud a sí mismo que transmitió el psicoanálisis con la ayuda de casos particulares: el hombre de la rata, Dora, Little Hans, etc.. Con el hombre lobo la historia del caso entró en una crisis. Freud ya no fue capaz de contener la complejidad de los procesos que se desarrollan dentro de la unidad de un caso. Lejos de ser capaz de ser reducido a un procedimiento técnico, la experiencia de un psicoanálisis tiene sólo una regularidad: la de la originalidad de un escenario a través del cual emerge todos singularidad subjetiva. Por lo tanto, psicoanálisis no es una técnica sino un discurso que alienta a cada persona para producir su singularidad, su excepción.

Sexto principio
La duración de un tratamiento y el desarrollo de las sesiones no pueden ser normalizados. La duración de los tratamientos de Freud variado. Hay tratamientos que duraron una sola sesión, como en el psicoanálisis de Gustav Mahler. También hubo análisis que duraron cuatro meses, como en el caso de Little Hans, un año como en el hombre de la rata, varios años como en the Wolf Man. Desde entonces, la variación y la diversificación no han parado de crecimiento. Por otra parte, la aplicación del psicoanálisis fuera de la sala de consultoría en configuración de salud mental ha contribuido a la variación en la duración del tratamiento psicoanalítico. La variedad de casos clínicos y las variaciones en la edad a la que se ha aplicado el psicoanálisis hacen posible a considerar la posibilidad de que la duración de un análisis es ahora, en el mejor, definido como "medida." Un análisis continúa hasta el punto donde el analizando es lo suficientemente satisfecho con lo que él ha experimentado para poner fin a su análisis. El objetivo no es la aplicación de una norma, sino un acuerdo por parte del tema con él mismo.

Séptimo principio
Psicoanálisis no pueden decidir qué es objetivos en términos de una adaptación de la singularidad de un sujeto a las normas, reglas, determinaciones ni las normas de la realidad. Psicoanálisis sobre todo ha descubierto la impotencia del cualquier sujeto para lograr la satisfacción plena sexual. Esta impotencia es designada por el término "castración." Además, el psicoanálisis, con Lacan, ha formulado que es imposible que haya cualquier norma en la relación entre los sexos. Si no hay ninguna satisfacción y si no hay ninguna norma, corresponde a cada persona que inventar una solución particular, uno construye sobre sus síntomas. Solución de cada persona puede ser más o menos típica, más o menos establecido en tradición y normas comunes. Por el contrario, tal vez desee dibujar tras la ruptura o una particular de la clandestinidad. Sigue siendo menos cierto que, en la parte inferior, la relación entre los sexos no tiene una solución "para todos." En este sentido, esta relación sigue siendo marcada con el sello de la incurable y, a continuación, siempre habrá algo que falla. Hablando de seres, sexo proviene de la "no todos".

Octavo principio
Formación analítica no puede reducirse a las normas de formación universitaria o de la evaluación de lo que se haya adquirido en la práctica. Formación analítica, desde que fue establecido como un discurso, se basa en tres patas: seminarios de formación teórica (párr-académico); el psicoanalista en la formación realización de un psicoanálisis a su extremo (desde el cual fluye los efectos de la formación); la transmisión pragmática de las prácticas de supervisión (conversaciones entre pares acerca de la práctica). Freud en un momento creía que era posible determinar un una identidad psicoanalítica. El propio éxito del psicoanálisis, su internacionalización, las múltiples generaciones que han seguido a uno del otro para más de un siglo han demostrado cómo ilusoria esta definición de una identidad psicoanalítica es. La definición de un psicoanalista incluye la variación en esta identidad. Es esta variación por sí mismo. La definición de un psicoanálisis no es un ideal, incluye la historia del psicoanálisis propiamente dicho, y de lo que se ha denominado psicoanálisis en el contexto de los distintos discursos.

El título del psicoanalista incluye componentes contradictorios. Requiere un académico, Universidad o equivalente, de formación, que se derivan de la concesión general de grados. Se requiere una experiencia clínica que se transmite en su particularidad bajo la supervisión de pares. Requiere la experiencia radicalmente singular de un psicoanálisis. Los niveles de la general, lo particular y singular son heterogéneos. La historia del movimiento psicoanalítico es una historia de desacuerdos sobre y de la interpretación de esta heterogeneidad. Forma parte de esta gran conversación del psicoanálisis, que hace posible al Estado que es un psicoanalista. Esta diciendo es traído a través de procedimientos en las comunidades que son instituciones psicoanalíticas. Un psicoanalista nunca está solo, él depende, como lo hace una broma, sobre un otro que lo reconoce. Este otro no puede reducirse a una normativa, autoritaria, reguladores, normalizados otro. Un psicoanalista es uno quien afirma que él ha obtenido la experiencia psicoanalítica lo que él podría haber esperado de ella y por lo tanto, que él ha cruzado sobre un "pase", como la llamaban Lacan. Aquí demuestra que tras haber cruzado sobre sus impasses. La interlocución que quiere obtener un acuerdo sobre este cruzando se produce en entornos institucionales. Más profundamente, se inscribe dentro de la gran ventana de conversación entre el psicoanálisis y la civilización. Un psicoanalista no es autista. No enfrentar a sí mismo para el interlocutor benevolente, opinión ilustrada, que desea mover y llegar a, a favor de la causa del psicoanálisis.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Debate con un positivista dobre la causa de la homosexualidad

  • El psicoanálisis, no es ambientalista. Existe una determinación psíquica donde se conoce la posición subjetiva del mundo para las personas y se tienen que responsabilizar de esta, si es un ser moral. La moral esta separada de la naturaleza.
  • La teoría ambientalista en cambio, nos habla sobre genes responsables de la masculinización o feminización del cerebro, dándole al sujeto homosexual, una disculpa para explicar desde allí,su condición.
  • Los instintos, se ven solo en los animales, no en los hombres, por eso en el psicoanálisis, se habla de pulsiones sexuales. Esto sucede, cuando el hombre se ha separado de la naturaleza por el lenguaje.
  • Hablamos de una conquista psicológica y no de algo natural para ser hombre o mujer. Esto es una decisión de cada uno.
  • En el psicoanálisis,el hombre se ve en una gran dimensión, abarcando mas allá de lo físico, lo psíquico, mientras que la ciencia y el positivismo se reduce al hombre solo como un cerebro

3 respuestas de la mujer a la castración

Al no tener el falo:
  • Adquirir lo que no se tiene: Si no se tiene, se puede adquirir en un hombre, se hace uso del falo de este (fetichización).
  • Hacerse ser el falo: La mujer se convierte en objeto de deseo de los hombres (falicización)
  • Apropiación de un niño como don del hombre: El hombre es desplazado por un niño (hijo), quedando como un accesorio. Por eso, su resistencia a tener hijos.

El hombre, cuida lo suyo (falo) y se vuelve egoísta, entonces, se masturba. Hasta que llega la mujer que se acepta desde su no tener, es decir, reconoce su castración